lunes, 17 de noviembre de 2008

EL LOTUS TURBINA DE FÓRMULA 1


El motor más utilizado en la historia de la Fórmula 1 ha sido el atmosférico de gasolina pero, además de la incursión de los motores turboalimentados, en la segunda mitad de los años 60 del siglo pasado, también estaban permitidos otros dos tipos de motores. Estos eran los motores rotativos (patente NSU-Wankel) y los de turbina de gas.
De los motores rotativos, no tengo noticias de que se utilizaran en la Fórmula 1, al menos en carreras. Si sé que Mazda, en 1991, consiguió ganar las 24 Horas de Le Mans con su modelo 787B equipado con un motor de cuatro rotores.
Las turbinas si que entraron en la Fórmula 1. En 1968 Colin Chapman, fundador de LOTUS y posiblemente la mente más privilegiada que ha pasado por las competiciones automovilísticas, se propuso ganar las 500 Millas de Indianápolis con un coche equipado con una turbina de gas. Contactó con la fábrica Pratt & Whitney para que crearan una turbina de dos ejes para un chasis de la Indy. Es decir, adaptar una turbina de avión a un coche de carreras.
A pesar de que en las pruebas de este coche murió el piloto probador en un accidente, Chapman siguió adelante, y presentó dos vehículos en las 500 Millas. Los coches eran dos Lotus 56 pilotados por Joe Leonard y Graham Hill, y asombraron a todos logrando las dos primeras plazas en la parrilla de salida. En carrera las cosas no fueron bien. Leonard rompió la turbina cuando iba primero y Hill tubo un accidente cuando intentaba acercarse a los puestos de cabeza.
En Estados Unidos pusieron muchas limitaciones a este tipo de motores, por lo que Chapman decidió abandonar... por el momento.
Efectivamente, Chapman seguía con la idea en la cabeza y en 1970 empezó a desarrollar el Lotus 56B para ponerlo a competir en la Fórmula 1. Jochen Rindt fue el encargado de realizar los ensayos, pero se detuvieron el 12 de Septiembre de ese año, cuando el piloto austriaco se mato en un accidente, en la parabólica de Monza, en los entrenamientos del G.P. de Italia.
En el G.P. de Holanda de 1971 se produjo el debut en la Fórmula 1, del primer vehículo propulsado por una turbina de gas. La turbina tenía una cilindrada relativa de 3000 c.c. que producía 550 caballos y podía alcanzar las 35000 RPM. Además de la turbina, el Lotus 56B tenía varias particularidades. Era tracción a las 4 ruedas, por lo que le sentaba muy bien la lluvia. No tenía caja de cambios, el piloto solo aceleraba y frenaba, lo que daba como resultado un excesivo calentamiento de los frenos al no poder reducir de marchas para frenar, lo que redundaba en abandonos y accidentes. El piloto debía ser muy habilidoso. La turbina funcionaba mejor a altas revoluciones por lo que, cuando se estaba frenando en una curva, había que empezar a acelerar para obtener una buena velocidad de salida. Y una curiosidad, el coche no hacía ruido. Cuando aceleraba en las rectas era un simple sonido agudo el que pasaba por delante del espectador.
Solo se presentó en tres Grandes Premios, sin buenos resultados. El mejor resultado del Lotus 56B, lo logró Emerson Fittipaldi en una prueba de la Fórmula 5000 en Hockenheim, que fué abierta a monoplazas de Fórmula 1. Acabó segundo y logró la vuelta rápida.
Colin Chapman, viendo los problemas de estos motores, abandonó por fin la idea y se siguió dedicando a los motores convencionales que, al final, son los que le dieron los grandes triunfos en la Fórmula 1.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Grandísimo artículo Fiti, gracias por aumentar nuestra cultura histórica de la F1.

Yo me imaginaba que los del coche turbina era un coche que tenía una hélice en la parte de atrás, creo que participó en una carrera y la ganó porque en la siguiente lo prohibieron. Pero no me acuerdo de que coche era ni de que época.

Saludos.

Anónimo dijo...

Si el coche con hélice existió yo no tengo noticias. Si alguien conoce algo sobre el tema, agradecidos de que nos lo aclare.