No se si es la historia de una foto, una foto con historia, el caso es que, buscando otras cosas, como suele suceder, la he encontrado y me ha recordado aquel momento y he pensado compartirlo con vosotros.
Un amigo mío y yo, asiduos del Jarama, paseábamos nuestra adolescencia por el paddock del Circuito del Jarama, después de los entrenamientos para el G.P. de España de Fórmula 1 del año 1972. ¿Cómo estábamos allí? muy sencillo, nos colamos. Teníamos entrada de pelouse, por supuesto, y vimos los entrenamientos en el “tendido del 7”. Observamos que, por debajo de la rampa Pegaso, donde el arco Firestone, alguien había roto la alambrada que protegía una gran tubería, que traspasaba la pista por debajo, y que servia para drenar el agua si llovía.
Cuando terminaron los entrenamientos y ya nos marchábamos...
-¿Pasamos? dijo mi amigo.
-Pues vale, dije yo.
Y nos encontramos en el paddok
Bajamos la cuesta desde Pegaso y llegamos a los garajes, allí estaban los coches, los McLaren, los Lotus, los Ferrari, pero ningún piloto al que dar el coñazo pidiéndole un autógrafo o hacerle una foto. Yo llevaba, como siempre, la cámara que me dejaba mi padre, y que tenía que defender con mi vida, cargada con un carrete en B&N de 36 disparos, no había para más, porque luego hay que revelarlas y costaba su pico.
Y de pronto...
-Mira... Beltoise, dije yo.
Jean Pierre Beltoise, que pilotaba un Matra-Simca ese año, venía hacia nosotros rodeado de azafatas de Champion.
-Jean Pierre, Jean Pierre, s’il vous plait , une photo, grité yo con mi francés de discoteca de la Costa Brava.
-Oui, mon amí, dijo él, y se paró.
Me dispongo a tirar la foto y, ante mi asombro, empieza a llegar gente a mi alrededor para hacer lo mismo que yo.
Entre codazos y empujones disparo la máquina y, mira tu por donde, era la última que quedaba en el carrete de 36, así que no pude repetir, no existía lo digital.
-¿La tienes?, dijo mi amigo.
-Si, por supuesto, dije yo.
Con la aglomeración que se formó, llegaron a la zona los de seguridad. Al vernos, fuimos de los primeros a los que nos solicitaron “amablemente” la acreditación para estar allí. A la vista de que no la teníamos nos acompañaron, también “amablemente”, junto con otros delincuentes como nosotros, a la salida por el túnel de la recta de meta.
A todo esto, los autobuses gratuitos que ponía la organización, se habían marchado y no teníamos forma de volver a Madrid, así que nos pusimos “a dedo” en la carretera de Burgos. Después de bastante tiempo, paró un coche y, casualidades de la vida, era mi padre que habían pasado el día pescando (su afición) y nos había visto... el final no lo cuento.
Un amigo mío y yo, asiduos del Jarama, paseábamos nuestra adolescencia por el paddock del Circuito del Jarama, después de los entrenamientos para el G.P. de España de Fórmula 1 del año 1972. ¿Cómo estábamos allí? muy sencillo, nos colamos. Teníamos entrada de pelouse, por supuesto, y vimos los entrenamientos en el “tendido del 7”. Observamos que, por debajo de la rampa Pegaso, donde el arco Firestone, alguien había roto la alambrada que protegía una gran tubería, que traspasaba la pista por debajo, y que servia para drenar el agua si llovía.
Cuando terminaron los entrenamientos y ya nos marchábamos...
-¿Pasamos? dijo mi amigo.
-Pues vale, dije yo.
Y nos encontramos en el paddok
Bajamos la cuesta desde Pegaso y llegamos a los garajes, allí estaban los coches, los McLaren, los Lotus, los Ferrari, pero ningún piloto al que dar el coñazo pidiéndole un autógrafo o hacerle una foto. Yo llevaba, como siempre, la cámara que me dejaba mi padre, y que tenía que defender con mi vida, cargada con un carrete en B&N de 36 disparos, no había para más, porque luego hay que revelarlas y costaba su pico.
Y de pronto...
-Mira... Beltoise, dije yo.
Jean Pierre Beltoise, que pilotaba un Matra-Simca ese año, venía hacia nosotros rodeado de azafatas de Champion.
-Jean Pierre, Jean Pierre, s’il vous plait , une photo, grité yo con mi francés de discoteca de la Costa Brava.
-Oui, mon amí, dijo él, y se paró.
Me dispongo a tirar la foto y, ante mi asombro, empieza a llegar gente a mi alrededor para hacer lo mismo que yo.
Entre codazos y empujones disparo la máquina y, mira tu por donde, era la última que quedaba en el carrete de 36, así que no pude repetir, no existía lo digital.
-¿La tienes?, dijo mi amigo.
-Si, por supuesto, dije yo.
Con la aglomeración que se formó, llegaron a la zona los de seguridad. Al vernos, fuimos de los primeros a los que nos solicitaron “amablemente” la acreditación para estar allí. A la vista de que no la teníamos nos acompañaron, también “amablemente”, junto con otros delincuentes como nosotros, a la salida por el túnel de la recta de meta.
A todo esto, los autobuses gratuitos que ponía la organización, se habían marchado y no teníamos forma de volver a Madrid, así que nos pusimos “a dedo” en la carretera de Burgos. Después de bastante tiempo, paró un coche y, casualidades de la vida, era mi padre que habían pasado el día pescando (su afición) y nos había visto... el final no lo cuento.
Y esta es la mierda de foto que conseguí. Puedo asegurar y aseguro que es Beltoise y su melena, y que algún imbécil llamó su atención en ese momento.
8 comentarios:
Ostrás, que guapa la entrada, me ha gustado mucho la historia. Qué suerte haber estado ahí, eso para empezar, y tener ahora recuerdos en forma de foto. Ojalá en un futuro pueda contar yo algo parecido, aunque me da en la nariz que va a ser que no.
Saludos.
Me ha gustado lo que has contado, una pena que no pudieras sacar más fotos. Saludos
Buf, ¡qué tiempos!; por aquél entonces andaba con mi Lobito...
Preciosa entrada que me ha permitido recordar con nostalgia un montón de cosas.
*MAND: Si algún día puedes, merece la pena el esfuerzo, no se te olvidará en la vida.
*MÁGICA: Había estado todo el día alli y esa era la última, a lo mejor publico alguna más.
*JON: Sí que tiempos, para mí inolvidables. Tu con la mítica Lobito, yo unos años después andaba con otra mítica, la Ossa Enduro.
Felicidades Fiti gran entrada como aquella que hiciste sobre el accidente, simplemente genial.
*ANTUAN: Aquella entrada también tiene su historia. Gracias a ella tu empezaste a comentar en mi blog, y gracias a ello, me animé a crear este blog específico sobre el motor.
Gracias a tí y un saludo.
Muy bueno fitti me ha encantado, que buenos tiempos aquellos, a ver si digitalizo las mias y te las enseño al jarama tan solo fui una vez despues Jerez,Estoril, y como no, Brasil, una de las mas importantes la famosa carrera de Estoril con don MAGIC Senna nadando por el agua con su coche como un pez,esa no se me borrara jamas de la retina.
Muchas gracias por compartir esto con nosotros, tiempos pasados....que emocionan recordar.
Feliz semana amigo.
Vaya mala leche. El caso es que estuviste allí, que ya nos gustaría al resto. Es lo malo de vivir en provincias
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